Los molinos modernos presentan un alto grado de automatización. Esto significa que se controlan de forma centralizada. La mayoría de los procesos individuales se ejecutan de forma independiente.
La digitalización supone un gran avance pues, en el futuro, los molinos se equiparán con servicios adicionales. Estos servicios y datos permiten monitorear y analizar cada uno de los pasos del proceso de trabajo del molino mediante el uso de la Internet de las Cosas: por ejemplo, datos de rendimiento, consumo de electricidad, condiciones ambientales o características del producto tales como la capacidad de absorción de agua o el contenido de cenizas.
El objetivo es el molino inteligente, en el que todos los datos se recopilan y evalúan de forma sistemática para permitir el funcionamiento autónomo del molino. En las primeras fases, los resultados pasan a ser comparables a lo largo del tiempo y entre diferentes ubicaciones. Se pueden establecer puntos de referencia, detectar anomalías y estimar tendencias. Así, las acciones se realizan de manera automática sobre la base de la información obtenida. El molino inteligente se optimiza automáticamente de forma continua y aprende cosas nuevas.
Como técnico molinero, su "intuición" y sus conocimientos sobre el proceso seguirán siendo indispensables en el futuro. La digitalización del molino le ofrece importantes datos característicos y le ayuda a tomar las decisiones correctas mucho más rápido.